El desarrollo económico de Cusco impulsa el empleo, reduce la pobreza y abre nuevas oportunidades para la población. Sin embargo, persisten desafíos para lograr un crecimiento sostenido y más inclusivo.
Cusco, 5 de mayo de 2025. – El crecimiento económico no solo se mide en cifras. En regiones como Cusco, representa una oportunidad concreta para transformar la vida de las personas: más empresas, más empleos y más recursos para cerrar brechas sociales.
“El crecimiento económico es una condición necesaria para mejorar la calidad de vida. Genera más inversión, crea empleo digno y permite reducir la pobreza”, afirmó Erick Chuquitapa, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES).
¿Por qué las empresas invierten?
Las empresas apuestan por regiones con potencial de crecimiento. Factores como mayor consumo, mejoras en infraestructura, turismo y estabilidad política estimulan las inversiones. “Si una empresa ve que hay condiciones favorables, abre nuevos locales, contrata más personal o moderniza su producción”, explicó Chuquitapa.
El economista ejemplificó con una panadería familiar que, al aumentar sus ventas gracias al dinamismo local, contrata a una ayudante o compra un horno nuevo. Esto genera una cadena de beneficios: empleo directo, ingresos para proveedores y mayor actividad comercial.
El crecimiento, clave para reducir la pobreza
Según el Banco Mundial, entre 2004 y 2019, el 85% de la reducción de pobreza en Perú se debió al crecimiento económico, mientras que solo el 15% se atribuyó a políticas públicas como programas sociales. Esto subraya la importancia de mantener una economía activa para lograr un impacto duradero en los niveles de pobreza.
Además, cuando las empresas venden más, también pagan más impuestos, lo que permite al Estado financiar servicios públicos esenciales como salud, educación e infraestructura. Una buena gestión de esos recursos ayuda a cerrar brechas sociales y mejorar la calidad de vida.
El motor del crecimiento: inversión privada
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) indica que hasta dos tercios del crecimiento del PBI se explican por la inversión privada. Esto incluye no solo a grandes empresas, sino también a micro y pequeñas empresas (mipymes), que en Cusco suman alrededor de 93 mil unidades productivas.
Las mipymes son el pilar del empleo regional, pero enfrentan un reto clave: la informalidad. Solo el 4.1% de ellas opera de manera formal, según el Ministerio de la Producción. Esto limita su acceso a financiamiento, seguros y beneficios estatales, y afecta la calidad del empleo que ofrecen.
¿Cómo le fue a Cusco en 2024?
Pese a mantener un crecimiento positivo, Cusco creció solo 0.8% en 2024, por debajo del promedio nacional de 3.3%. La débil recuperación del turismo y la caída del sector minería e hidrocarburos (-3.5%) influyeron en este resultado. Ambos sectores siguen siendo fundamentales para el dinamismo económico regional.
Un entorno de confianza para atraer inversión
“Cusco tiene un gran potencial, pero se necesita estabilidad institucional, reglas claras e infraestructura adecuada para convertirlo en desarrollo”, concluyó Chuquitapa. Un entorno de confianza no solo atrae inversiones, sino que también impulsa el crecimiento sostenible, genera más empleo y mejora el bienestar de todos los cusqueños.
