
La falta de infraestructura vial adecuada impacta en los costos logísticos y la inversión en la región
Un informe de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) revela que apenas el 15.6% de la red vial de Cusco está pavimentada, lo que supone un obstáculo significativo para el desarrollo económico de la región. A este ritmo de inversión, se necesitarían 273 años para que todas las vías estén pavimentadas.
Erick Chuquitapa, economista de REDES, señala que una red vial pavimentada es clave para la conectividad y la dinamización del comercio. “Mejorar la infraestructura vial reduce tiempos de traslado, mejora la seguridad, facilita el acceso a servicios esenciales y fortalece la competitividad empresarial. Sin embargo, el lento avance en la pavimentación limita el crecimiento de la región”, explicó.
Un problema que encarece el transporte y afecta a las empresas
El informe detalla que la infraestructura vial está dividida en tres niveles: Red Vial Vecinal, Red Vial Departamental y Red Vial Nacional. De estos, la Red Vecinal es la más afectada, con solo el 2.3% pavimentado, mientras que la Red Departamental alcanza un 28% y la Red Nacional un 82%.
Esta deficiencia en las carreteras genera sobrecostos en la logística empresarial. Según REDES, las empresas peruanas destinan en promedio el 16% del valor de sus ventas al transporte, cifra superior a países como Colombia (12.6%). En el caso de las micro y pequeñas empresas, este costo se eleva hasta un 21%, reduciendo su rentabilidad y capacidad de crecimiento.
“El mal estado de las vías aumenta los costos operativos, afecta la competitividad de las empresas cusqueñas y las coloca en desventaja frente a competidores nacionales e internacionales”, advirtió Chuquitapa.
Infraestructura con avances mínimos
A pesar de la importancia de la pavimentación vial, el avance en la región ha sido mínimo en los últimos años. Desde 2018, solo se han pavimentado 273 kilómetros en toda la red vial de Cusco, mientras que aún quedan 14,750 kilómetros pendientes.
Chuquitapa resaltó la necesidad de optimizar la ejecución del presupuesto público para mejorar la infraestructura. “El ritmo actual de inversión es insuficiente y muchas veces los recursos asignados no se ejecutan completamente. Se requiere una mejor gestión de proyectos y una mayor eficiencia en la asignación de fondos para lograr un impacto real en la competitividad regional”, concluyó.
La infraestructura vial deficiente no solo afecta el comercio y la inversión, sino que también limita el acceso a servicios esenciales y frena el desarrollo económico del Cusco. Para cambiar esta realidad, será clave que tanto el sector público como privado impulsen medidas efectivas para agilizar la pavimentación y mejorar la conectividad regional.