
La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha identificado deficiencias significativas en infraestructura, personal médico y equipamiento en el sector salud de Cusco. De los 380 establecimientos de atención primaria en la región, solo 39 cuentan con la capacidad adecuada, según un informe del Ministerio de Salud (Minsa) con datos de 2023.
El investigador de REDES, Erick Chuquitapa, destacó que estos centros de salud son esenciales para la prevención y el tratamiento de enfermedades comunes como infecciones respiratorias agudas, enfermedades diarreicas y anemia, que afecta al 49.9% de los bebés entre 6 y 35 meses en la región. Enfatizó la necesidad de fortalecer la inversión pública en este nivel para evitar cuellos de botella en servicios de mayor complejidad, como las unidades de cuidados intensivos.
Actualmente, el 97.1% de los establecimientos de salud en Cusco corresponden al primer nivel de atención. Sin embargo, solo el 18.8% opera al menos 12 horas diarias, lo que convierte a Cusco en la región con menor disponibilidad de atención médica a nivel nacional. Como consecuencia, apenas el 40.7% de la población accede a consultas médicas, la tasa más baja del país.
El informe del Minsa también revela que Cusco debería contar con 449 centros de salud, pero actualmente solo existen 380, sin planes de ampliación hasta al menos 2029. La brecha de infraestructura impacta directamente en el acceso a servicios médicos oportunos y de calidad para la población.
Para mejorar esta situación, el Programa Nacional de Inversiones ha destinado cerca de S/70 millones en la mejora del Centro de Salud de Quiñota (Chumbivilcas) y el Centro de Salud de Machupicchu (Urubamba), beneficiando a aproximadamente 12,000 personas. Además, se prevé la modernización del puesto de salud de Antapallpa en Paruro.
Chuquitapa enfatizó que la inversión en salud es fundamental para el desarrollo sostenible, ya que contribuye a mejorar la productividad y el crecimiento económico. Resaltó la importancia de asignar más recursos públicos al primer nivel de atención, priorizando su capacidad resolutiva y su papel dentro de las redes integradas de servicios de salud.