
La emigración peruana ha alcanzado cifras alarmantes y podría establecer un nuevo récord histórico en 2024. Según las últimas estimaciones del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), hasta la primera mitad del año se registraron más de 184,000 peruanos que partieron en 2023 y que acumularon al menos un año sin retornar al país. De mantenerse la tendencia, esta cifra podría duplicarse al cierre del año, marcando un nuevo hito en la historia migratoria del país.
Detrás de este fenómeno migratorio están factores como la falta de oportunidades laborales, el incremento de la inseguridad y la incertidumbre económica. De acuerdo con una encuesta de Ipsos, el 57% de los peruanos emigraría si tuviera la posibilidad, siendo la búsqueda de mejores condiciones de vida la principal razón, seguida del deseo de escapar de la creciente ola de delincuencia.
El impacto de esta fuga de talento es significativo para la economía peruana. Entre 2020 y 2023, más de 554,000 emigrantes eran trabajadores altamente capacitados, incluyendo administradores, ingenieros, técnicos y docentes. Además, durante el mismo periodo, 127,744 estudiantes también abandonaron el país en busca de mejores oportunidades académicas y laborales.
El mercado laboral juvenil también refleja esta crisis. Solo en el tercer trimestre de 2024, el empleo en el grupo de 14 a 29 años se redujo en 245,623 puestos en comparación con el mismo período del año anterior. Esta caída, sumada a la escasa generación de empleo formal y el aumento de la tasa de desempleo juvenil, alimenta la desesperanza y acelera la decisión de emigrar.
Expertos advierten sobre la necesidad de implementar políticas públicas que fomenten el empleo y fortalezcan la seguridad ciudadana. «Sin medidas concretas desde el Ejecutivo y el Congreso, la emigración peruana seguirá aumentando. Esto compromete el futuro del país, que pierde año tras año una parte vital de su población económicamente activa», señaló Daniel Najarro, analista de estudios económicos de ComexPerú.
Con una migración en ascenso y un contexto de incertidumbre económica y social, el Perú enfrenta un desafío clave para evitar la pérdida continua de capital humano y asegurar un futuro más estable y próspero para su población.